
Las pulperías o boliches fueron una institución del campo argentino lugar de encuentro donde el gaucho se provisionaba de alimento, bebía ginebra, intercambiaba mercadería y se entretenía jugando a la taba, truco, carrera de caballos, o una payada entre paisanos.
En establecimientos estratégicamente ubicados en cruces de caminos fueron almacenes que vendía comestibles, ropa y bebidas.
El mostrador y una reja separaban al pulpero de los visitantes. Aunque sólo algunos podían ingresar al local, el resto, los desconocidos viajeros eran atendidos por una ventana enrejada, en el patio de afuera.
De las 350 pulperías que fueron censadas en el siglo XIX, presentamos algunas de las que quedan en pie de la Provincia de Buenos Aires